jueves, 7 de marzo de 2013

TEOLOGIA DE LO COTIDIANO: LA REENCARNACIÓN



TEOLOGÍA DE LO COTIDIANO: NOICANRACNEER

No conozco a nadie HASTA AHORA que tenga el entusiasmo con la idea de ir al Cielo. Inclusive los más piadosos y hombres de fe no quieren dejar este mundo y hacen la mayor fuerza para posponer, retardando la partida para el prometido lugar de las delicias. Prefieren quedarse un poco más, a pesar de la Artritis, la úlcera, inflamación de la Próstata, de la caja de dientes y la incontinencia urinaria y de otros males que les aquejan. Y razón tienen, pues no existe nada mejor y más deseable que continuar viviendo en esta Tierra maravillosa, con sus peligros y amenidades, con sus pánicos colectivos de una guerra nuclear, calentamiento global, Terremotos, Tsunamis, lluvias sin parar, enfermedades, contaminación ambiental y la capa de ozono cada vez más afectada.

De ahí que ya ni cantamos más aquellos himnos antiguos (alguien se acuerda por ahí, del famoso y nostálgico himnario : Himnos de fe y Alabanza... creo que los de mi época y los ancianitos si deben recordarlos): "Más allá del sol / más allá del sol / yo tengo un hogar, bello hogar, más allá del sol ". O de aquellos coros de avivamiento que decían así: Allá en el cielo azul  hay mansión para mí / Allá en el cielo azul/ hay mansión para mí/ Allá en el cielo azul / de los astros en pos / veré al salvador Aleluya mi linda morada...

Todo esto me recuerda a Doña Teresa, una mujer tan sabia como ella nunca conocí, que cuidaba de la huerta como una novia enamorada, y hacía esto alabando a Dios, sin nunca fastidiar. Ya viejecita, ciega, en la cama, su hija le leía la Santa Biblia, pero parece que ella no escuchaba, porque la interrumpía: Hija Mía... Sé que mi hora está llegando. ¡Que lástima! Este mundo es tan bonito...



Cecília Meireles, mística, criatura de otro mundo, considerada como unas de las más destacadas poetisa de la época del romanticismo brasilero, ella decía que, si después de mucho navegar a otros mundos, si por fin se llega a algún lugar. Y temblaba de miedo que de pronto eso pudiera pasar: Por lo que puede ser, tal vez sea más triste. Sin barcos, ni gaviotas, mas apenas de sobrehumanas compañias...

Consulté a Adélia Prado, para ver si la teología de ella era de diferente opinión. Y lo que encontré fue esto: "Si lo que nos han prometido es la carne incorruptible, entonces es esto lo que yo quiero, un bello sol de una tarde en la playa con cuerpos voluptuosos, de vestidos amarillos y adornos sicodélicos y es imprescindible, que el tiempo así sea multiplicado al infinito, y que en ningún momento se oiga alguna palabra que interrumpa el amor. Así yo quiero decir "venga a nosotros vuestro reino"... Consulté el texto de los más destacados doctores de las cosas divinas y teólogos de los más expresivos dogmáticos fundamentalistas, y en ninguno de ellos pude encontrar referencias de un cielo con cuerpos voluptuosos, vestidos amarillos y momentos de amor humano. ¿Sabe que hice?. Les mandé de regalo los tales libros para mis enemigos y guardé el poema de la Adélia.

Inclusive el mismo Nietzsche pensó que cómo sería bueno que esta vida, con todos sus dolores y sufrimientos, no terminara nunca, y que el universo fuese un canon infinito, en que esta vida se repitiese eternamente. Él se imaginaba que cada momento de la existencia debiera ser eterno, y la única forma de conseguirlo era lograr con que el tiempo fuese como una canción de ronda infantil, para que todo se repitiera desde el principio y comenzara de nuevo, sin cambiar nada como era antes.

Y estoy de acuerdo. Inclusive estoy pensando en fundar una nueva religión, pues religión es esto, creer que la imaginación es fuerte y la realidad centrada en la vida es imaginación... Por ejemplo, miremos sobre la Santa Cena y su objetivo, el escritor teólogo transforma  en el comer la carne y en el beber su sangre un cuerpo sagrado. La experiencia literaria parece enseñarnos un ritual de antropofagia. La antropofagia no es gastronomía. Es magia. Se come el cuerpo de un muerto para apropiarse de sus virtudes. No es ese el objetivo de la eucaristía, un ritual antropofágico supremo? Se come y se bebe la carne y la sangre de Cristo para quedar semejante a él. Eso es lo que dicen los teólogos dogmáticos.
  
Yo quiero fundar una nueva religión. En esta religión la cosa más importante será la doctrina de la reencarnación, pues es eso que la reencarnación dice, que el cuerpo es como el Ave Fenix, resucita siempre de la cenizas. Pero quiero aclarar una cosa, que la reencarnación de mi religión va a ser diferente de aquella que se dice, andar para adelante. Lo que yo quiero en verdad es volver para atrás.

Por ahí estuve leyendo cosas espantosas de la Física moderna. Y si entendí lo que leí, existe un otro tiempo, diferente de este del que vivimos todos los días, es como un rio que nace en el pasado y va llevando nuestra canoa para el futuro. En la Física, este otro tiempo nace en el futuro y va navegando para el pasado...

Me alegré muchísimo al saber de semejante cosa tan maravillosa. Pues lo que mi corazón desea no es el de querer navegar para el futuro. El futuro es desconocido. Y por más que le de alas a mi imaginación, no consigo amar lo que no conozco. Puede ser que allí se encuentren las cosas más maravillosas, pero como yo nunca las tuve, no puedo amarlas. No las extraño y no puedo sentir nostalgias de ellas. La nostalgia es un hueco en el alma que se abrió cuando nos arrancaron un pedazo. En el hueco de mi nostalgia vive la memoria de aquello que amamos, que tuvimos y perdemos: es la presencia de una ausencia. Ohh! cuanto daría por aquella mitad que fue arrancada de mi. Mi alma es como un queso suizo. Y lo que la nostalgia desea no es una cosa nueva. Es el retorno de la cosa vieja perdida, de aquel pasado que nos hizo vivir y que no volvió nunca más . La Nostalgia es como un parto pero al revés. Es arreglar el cuarto para el hijo que ya murió... Es inútil consolar a la madre, delante del hijo muerto, diciéndole a ella que no se preocupe, que si quiere, podrá tener otro hijo más bonito y más inteligente. Pero no ! Lo que ella quiere es aquel hijo medio feíto y medio burrito... pues es a él que ella ama.

Don Miguel de Unamuno, tiene un libro lindísimo con el título "Paisajes del Alma". En este libro "Paisajes del Alma" son hechos de escenarios que no existen más, y que la nostalgia eternizó. Aquello que el corazón ama se queda eterno. 

No, no quiero ir ni al Cielo ni ir para adelante. Lo que quiero en realidad es volver para los lugares del pasado que amé. Quiero regresar a mi casa... 



Quiero el gemido de la piedra de moler maíz de mi infancia y su ruidoso sonsonete cuando giran sin parar en las noches iluminadas por la luna. Quiero las madrugadas por los campos cubiertos de hierba bañadas por el rocío, el agitar infinito de los riachuelos escondidos en el bosque, el golpeteo de los cascos de los caballos en el piso, y respirar aquel olor divino de su sudor. Quiero ver las plantaciones de banano cargados de frutas apetitosas y sus abejas volando alrededor. Quiero oír aquellos cuentos de almas del otro mundo, contadas a la sombra de una vela después de cenar en la noche. Quiero escuchar aquel ruido místico de las goteras cayendo en las ollas dentro de casa. Quiero recordar aquel pito ronco del tren de hierro, que vive pitando dentro de mi cuerpo. Quiero las materas bien cuidadas de mi madre llenas de flores exóticas y exhalando aromas exquisitos en toda la casa. Quiero un pajarito de la tierra, de cabecita color de fuego, en el gajo del palo de mango. Quiero aquel olor característico de los cuadernos, libros, lápices y borradores, en el primer día de clases, del primer grupo de la primaria. Quiero sentarme al ladito del fogón de leña y quedarme viendo el fuego asando carne y plátanos. Quiero ir al teatro del cinema y quedarme viendo aquellas películas del viejo oeste. Quiero mojar los pies cuando llueve en el patio de mi casa.  

Fue muy largo el itinerario que seguí para llegar a esta conclusión. Mi infancia fue una infancia feliz. Viví años de pobreza, pero no tengo en mi memoria momentos tristes de aquellos tiempos. Los niños eran muy felices con poca cosa. No era necesario decir los nombres de los dioses ni yo los sabia. Lo sagrado aparecía, sin nombre, en las plantas y jardines, en los pájaros, en los riachuelos y cascadas de agua corriente abajo, en la lluvia, en los árboles, en las nubes, en los animales. Eso me daba alegría. Como en el paraíso... En el paraíso no había templos. Dios andaba por el jardín, extasiado por tanta belleza, diciendo: "Como es bello! Como es hermoso todo esto!. La Belleza es el rostro visible de Dios.   

Si yo quiero escribir una teología sobre la felicidad futura, sería esto que yo escribiría: una poesía sobre la felicidad pasada... Para esto hago oración todas las noches: Señor del Tiempo ponga mi canoa navegando en mi rio del pasado, pues será así que pondré una cura para mi nostalgia.   Esta alegría de vivir me hace encontrar a Dios a pasear por el jardín al viento fresco de la tarde. Al igual que yo, Dios prefiere las delicias de este mundo que a los deleites espirituales del cielo. Se entiende pues, que si Él estuviese feliz allá en los cielos, no tendría necesidad de crear la tierra. Pues Dios, de acuerdo con los teólogos, en virtud de su perfección, no puede crear lo peor. Siempre hace lo mejor. Entonces, el paraíso tiene que ser mejor que los cielos que ya existía. Y a Dios le gustó tanto a la tierra y de sus jardines que resolvió irse a vivir en ella definitivamente y se encarnó eternamente. Dios ama la vida sobre la tierra, así sea con la terrible posibilidad de morir. Porque la vida es hermosa a pesar de todo lo malo que encontremos.  

SOLI DEO GLORIA

REV. RUBEN DARIO DAZA BERDUGO. 



Estos escritos sobre "teología de la cotidiano" son reflexiones sobre la vida y la condición religiosa del hombre, allí expongo lo que mis sentimientos desean, añoran y analiza la situación humana actual sin darle un tono quejumbroso. Estos son los diferentes temas:

2. El Teléfono celular: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-el-telefono.html

3. La alegría y el placer: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-la-alegria-y.html


4. El Gallo: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-el-gallo.html


9. Me preguntaron que si yo era poeta: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/me-preguntaron-que-si-yo-era-poeta-dije.html

10. Oye no te desmotives: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/estas-desmotivado.html

11. Amor irreversible:  http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/amor-irreversible.html

12. Ser líder buscar la excelencia:  http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/ser-lider-es-buscar-la-excelencia.html

13. Sabes tratar con gente difícil?:  http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/sabes-tratar-con-gente-dificil.html

14. El Estrés no es asunto de risa: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/el-estres-no-es-un-asunto-de-risa.html

15. Yo celoso: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/03/celos-se-pueden-controlar-l-as-personas.html

16. El Pastor: estoy cansado. http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/04/estoy-cansado.html

domingo, 24 de febrero de 2013

CAMELOS E AGULHAS EM MARCOS 10.17-31




CAMELOS E AGULHAS: CAMINHO DO REINO DE DEUS

Marcos 10: 17-31

INTRODUÇÃO
      O que camelos e agulhas têm a ver com o caminho do Reino de Deus? Eles ilustram a impossibilidade do ser humano alcançar, por si mesmo, a salvação e entrar no Reino de Deus. Somente o própio Deus, nosso Rei, abre o acesso ao Seu Reino, e possibilita a salvação à humanidade. Camelos e agulhas ilustram essa verdade teológica. Verdade que deixou confusos os própios discípulos de Jesus, que aínda pensavam conforme os padrões da teologia judaica da salvação. Eles não conseguiam, ainda, enxergar a novidade absoluta da proposta de Jesus. Tanto tempo com o Mestre: viram sinais e milagres, ouviram Seus ensinos, privaram de Sua amizade íntima. Porém, ainda não compreendiam a Sua proposta do Reino de Deus. 

      O texto base de nosso estudo, hoje, apresenta um "teste" para a nossa compreensão da salvação. De um modo bastante claro e desafiador, Jesus expõe a relação entre salvação e riqueza; entre a entrada no Reino de Deus e a entrada no reino de Mamon. A lição de Jesus é contundente, e a história da interpretação deste texto, pelas Igrejas Cristãs, tem mostrado várias tentativas de suavizar a exigência de Cristo. Nós iremos tentar fazer a leitura mais fiel possível ao texto. Precisamos estar abertos ao impacto, à força do ensino de Jesus, mesmo que tenhamos de rever alguma de nossas idéias já estabelecidas.

      Como já tivemos oportunidade de observar, o episódio começa e termina com referência ao "caminho" (cap. 10: 17 y el 32a). A estrutura de ação pretende ser didática, distribuindo-se em três partes, cada uma das quais inclui o "olhar admirado" de Jesus:
   1. a conversa com o homem rico (10:17-22): "Jesus olhou para ele" (emblepsa, v. 21);
   2. o ensinamento sobre o reino de Deus (10:23-26): "E Jesus olhou admirado em torno de si para os seus discípulos e disse...";
   3. o ensinamento sobre a comunidade e a propriedade (10:27-30): Jesus olhou para eles...(emblepsas, v. 27)" e a recompensa dos discípulos (v.28-31). 

      A unidade do episódio se revela no seu discurso, que é composto concentricamente:

      A  pergunta sobre a vida eterna (v.17);
      B  o homem rico não pode deixar seus bens e seguir Jesus;
      C  a explicação de Jesus, a reação dos discípulos (duas vezes);
      B' os discípulos deixaram seus bens e seguiram Jesus;
      A' resposta à pergunta sobre a vida eterna (v. 30).

      A narrativa termina com a reafirmação do tema da seção: "primeiro/último" (10:31).

SEGUIDOR DE MAMON PROCURA A JESUS (VV. 17-22)

       Jesus está caminhando com seus discípulos. Estão a caminho de Jerusalém, onde o conflito final entre Jesus e as autoridades judaicas irá a acontecer. Repentinamente, um homem se lança aos pés do Senhor. O episódio era comum: pessoas procurando Jesus. Este homem, porém, o fez de forma inédita. " Bom Mestre, que farei para herdar a vida eterna? " (v.17). O cumprimento "Bom Mestre" era raro no Judaísmo, provavelmente tem uma dose de falsa humildade. O epíteto "bom", que no Antigo Testamento é atributo divino (Salmos 118:1s; 1Cr 16:34), os teólogos passaram verdadeiras agonias diante das implicões cristológicas do aparente auto-aniquilamento de Jesus em 10:18. O problema desaparece assim que percebemos que Jesus repele e desfaz as esperanças do homem de algum agrado em troca. Um especialista em cultura e costumes orientais comentou: "ele tenta impressionar com um cumprimento e, talvez, espera ser saudado com um título honorífico em troca. No mundo oriental, um cumprimento exige um segundo... Esta parece ser a tensão do texto, pois Jesus não retribui o cumprimento" (K. Bailey, A Poesia e o Camponês, Ed. Vida Nova, São Paulo).
      Dificilmente haveria necessidade de enfatizar que este texto, que é tão crucial para a ideologia da comunidade de Marcos, foi notoriamente mal manipulado por aqueles cujo interesse reside em atenuar e abrandar sua crítica contra os ricos. Popularmente conhecida como a narrativa do "jovem rico e de posição" a personagem de Marcos, na realidade, não é jovem (Mt), nem pessoa de posição (Lc); o que nos foi dito--e somente depois ele desistiu e se afastou do convite ao discipulado -- é que ele era grande proprietário, alguém que possuía muitos bens. No começo, porém, ele é simplesmente descrito como alguém que, assim como o leproso em v. 1:40, veio procurar Jesus, ajoelhando-se para fazer uma pergunta. Mas, desde as primeiras palavras percebemos que aí ocorrerá conversa extraordinária.   
      A conversa, que aparentemente seria amistosa e levaría à conversão do homem que procurara Jesus, toma um rumo complicado. Jesus rejeita o título, e responde à pergunta daquele homem com uma certa impaciência (vv. 18-19). Um detalhe na resposta de Jesus é fundamental para entendermos o texto. A pergunta do homem é singular em Marcos, por causa do uso do termo "vida eterna", que funciona como a chave do discurso da narrativa. Jesus responde de maneira tal que, à primeira vista, parece descaracterizada: ele simplesmente cita o Decálogo sem cualquer comentário evidente. Será que Marcos, tendo acabado de mostrar que certas partes da Torá foram dadas como concessão devido à "dureza do coração" humano (10:5b), está tentando reafirmar aqui seu compromisso com a Lei?  Talvez; entretanto, a leitura mais atenta revela que existe novamente uma trança em sua citação. Com efeito, um dos estatutos citados por Jesus, na realidade, não aparece no Decálogo ! É  "não defraudarás ninguém", ponto que não se acha incluído nem em Mateus nem em Lucas. A referência feita neste acréscimo dirige-se claramente a exploração econômica:
          Na Bíblia grega o verbo é adequado ao ato de reter os salários dos empregados, ao passo que no grego clássico ele é usado para indicar a recusa de restituir bens ou dinheiro depositados com outrem por garantia [...] cf. Ex 21:10; Dt 24:14 [Taylor, 1963:428]. Será que Jesus cometeu um engano, incluindo um mandamento "novo" ao decálogo? Não !, obviamente, Jesus estava destacando a questão fundamental da vida daquele homem. É claro que muito mais está sendo discutido nesta narrativa do que simplesmente o malogro de um homem: o julgamento é transferido para a classe rica. A continuação da conversa é reveladora. "Mestre, desde jovem tenho observado tudo isso" (v.20).  O homem parece não haver entendido o sentido exato da expressão "ninguém é bom", pois ele afirma, em resposta ao desafio de Jesus, que ele é irrepreensível diante da lei (10:20). Bailey escreve:
             "No Talmude, Abraão, Moisés e Aarão são apresentados como pessoas que guardaram toda a lei. O dirigente rico parece, calmamente, colocar-se em tão elevada companhia [1980:163]".
      Não obstante, Marcos nos diz que Jesus olhou para o homem e "o amou", e disse: "uma coisa te falta, vai, vende tudo o que tens, dá-o aos pobres, e terás um tesouro no céu; então vem, e segue-me" (v.21). Como podemos explicar o fato de que este é o único lugar em Marcos onde Jesus é descrito amando alguém? Existe dois puntos relacionados na lógica narrativa, chegando ambos a uma explicação.
      O primeiro está ligado a episódio posterior paralelo a este: a conversa com outra classe adversária, a escriba (12:28-34). O problema alí também  tem a ver com os mandamentos-chave da lei e também envolve um dito "duro" sobre o Reino de Deus (12:34b). Ali, contudo, o impulso central é o imperativo do amor de Deus e ao próximo ( o único novo aparecimento de agapao ). Antecipando este ensinamento, Marcos tem o cuidado, em 10:21a, de supor que, enquanto Jesus possa estar recitando o decálogo, na realidade ele está praticando o "grande mandamento". Jesus teve de ser honesto com aquele homem, e anunciou clara e diretamente o caminho para o Reino; honestidade com amor!
       "Uma coisa te falta". Talvez esperássemos que Jesus dissesse: "precisas crer em mim". Não ! A resposta de Jesus atinge o centro da vida daquele homem: ele é um adepto do deus Mamon, é um devoto das riquezas. Quer a vida eterna, mas não quer entregar toda sua vida ao Rei. Quer a salvação, mas não quer abrir mão das suas riquezas. "Ele porém, contrariado com esta palavra, retirou-se triste, porque era dono de muitas propriedades" (v.22). O homem pertencia à elite econômica do Judaísmo. Para os judeus daquela época, ser rico era sinal de bênção divina. Como Jesus podería pedir àquele homem que deixasse suas terras e riquezas, para seguí-lo? Será que Jesus não sabia que os ricos eram abençoados por Deus? Contrariado e triste, o latifundiário foi embora. No chamado de Jesus ao discipulado, o homem encarnará aqueles para quem "o amor à riqueza (apate tou ploutou) intervém para abafar a palavra, tornando-a infrutífera". No chamado de Jesus ao discipulado, o sentido da "autonegação" depois se concretiza em termos econômicos, distribuído em quatro imperativos distintos:
     1. Vai (hupage),
     2. vende o que tens,
     3. dá-o aos pobres (e terás um tesouro no céu),
     4. vem (deuro), segue-me.
      A primeira ordem comumente é usada por Marcos nas narrativas de cura (1:44; 2:11; 5:19.34; 7:29) e, talvez, aqui seja parte do convite: ser curado da doença de acumular riquezas. A quarta ordem está intimamente ligada ao primeiro chamado. Até a segunda pode ser encarada como paralela, pois já observamos que o padrão empregado por Jesus consistia em chamar pessoas para que saíssem da segurança da sua vocação para ingressarem no caminho. A exigência feita ao homem rico no sentido de que abandonasse os seus bens não é diferente do pedido dirigido a pescador que deixasse suas redes (1:18).
      O terceiro imperativo é excepcional. Supondo que este homem fosse muito rico, Jesus determina que sua riqueza deve ser distribuída aos pobres. A oposição implícita entre terra ("dar aos pobres") e céu ("e terás um tesouro no céu") é ainda outra expressão da inversão apocalíptica de status. Foi "diante desta palavra" que o homem se esquivou e acabou indo embora. A única pessoa que, no evangelho de Marcos, procurou Jesus a fim de "herdar a vida eterna", não aceitou o caminho proposto por Jesus. Não quis converter o seu bolso. Ele não entendeu que a sua riqueza era uma fraude perante Deus! (Por isso Jesus acrescentou o mandamento "não defraudarás").
      A herança, no Antigo Testamento, era a parte de terra que Deus daria a cada família judaica na Terra Prometida (cf. Js 11:23; 13:6b-7) Não podia ser vendida, nem podia ser acumulada (Cf. 1 Rs 21:1-4). Aquele homem queria herança da vida eterna, porque já havia acumulado as heranças de outros aqui na terra. Garantida a riqueza aqui, queria a eternidade também ! Só que ele não entendeu a mensagem de Jesus. O caminho para o Reino de Deus é o caminho da renúncia (Mc 8:34-37), o caminho da justiça e obediência a Deus. Aquele homem queria apenas garantir sua eternidade. Sua fé era do mesmo tipo da dos demônios (Tg 2:19).
UM CAMELO APONTA O CAMINHO
DA SALVAÇÃO ( vv. 23-27 )
      O homem rico fora embora. Jesus olha os discípulos e diz: "Quão dificilmente entrarão no reino de Deus os que tem riquezas !" (v.23). A reação dos discípulos é de estranheza. Eles também pensavam como o rico, acreditavam que riqueza era sinal de bênção de Deus. Perante o espanto dos discípulos, Jesus reafirma sua palavra: "é mais fácil passar um camelo pelo fundo da agulha, do que entrar um rico no reino de Deus!" (v.25) Maior espanto ainda, o dos discípulos: "então, quem pode ser salvo?" (v.26) Se os ricos, que "têm" a bênção de Deus estão "nas mãos do camelo e da agulha", como os não-ricos poderão chegar ao reino?




      Esse camelo tem dado trabalho aos intérpretes do texto. Alguns, dizem que a palavra grega foi copiada errada: ao invés de camelo, Jesus falara sobre uma "corda grossa": Bem, no grego, seria apenas a mudança de uma letrinha... Outros, inventaram uma porta nos muros de Jerusalém. Uma porta estreita e baixa, pela qual um camelo, carregado de mercadorias, só poderia passar se arrastando, feito cachorro treinado! Nada disso é necessário. O texto é simples, claro e direito. É impossível para um camelo passar pelo fundo de uma agulha. camelo é o animal, mesmo; e a agulha é uma agulha de costura mesmo. Jesus usa de uma "hipérbole", uma figura de estilo, comumente conhecida por "exagero". A hipérbole, por sua dimensão, tem a função de ressaltar uma idéia. Aqui, Jesus quer deixar claro: "para os homens isso (ser salvo) é impossível, mas não para Deus. Para Deus tudo é possível" (v.27).
 
        Jesus está aplicando um golpe fatal na doutrina judaica da salvação: a salvação não se consegue pela prática da lei, e a riqueza não é sinal de bênção divina. No Reino de Deus riqueza é fraude, injustiça, infidelidade ao projeto de vida abundante para todas as pessoas !  No Reino de Deus a Lei não salva, a religiosidade não garante vida eterna; freqüentar a Igreja não abre a porta do céu. É preciso seguir a Jesus, em Seu estilo amoroso de vida; doou-se à humanidade, conviveu com os pobres e pecadores, com as prostitutas e publicanos. Para entrar no reino de Deus é necessário montar no camelo e entrar pelo fundo da agulha!!

      Por que será que este texto causa estranheza? Será que nós pensamos como aquele rico, e como os discípulos de Jesus, achando que riqueza é sinal de bênção divina? Será que nos identificamos com aquele homem rico, e aguardamos a Lei, desde que nos interesse, não levando a sério as exigências da graça do Reino de Deus?


O CAMINHO DO REINO: UMA NOVA
SOCIEDADE (VV. 28-31)


      O diálogo continua. Desta vez, entre Pedro e Jesus. Pedro começa a falar com Jesus: "eis que nós tudo deixamos e te seguimos" (v.28). Parece que alguém começou a entender a proposta de Jesus ! A exigência do Reino de Deus é igual para todas as pessoas: ricos e pobres, poderosos e fracos, homens e mulheres crianças e velhos. Todos precisamos "deixar tudo" para seguir a Jesus. Sem deixar Pedro terminar de falar, Jesus responde: "Em verdade vos digo que ninguém a que tenha deixado casa, ou irmãos, ou irmãs, ou mãe, ou filhos, ou campos, por mim e pelo Evangelho, que não receba, já no presente, o cêntuplo de casas, irmãos, irmãs, mães, filhos e campos, com perseguições; e no mundo por vir a vida eterna" (vv. 29-30).

      Quem renuncia a tudo, por Jesus, entra em uma nova comunidade, torna-se membro de uma nova família. A nova sociedade do Reino de deus se caracteriza pela partilha: da amizade, do amor, da casa, do trabalho, dos bens. O Reino instaura um novo estilo de vida, oposto ao estilo da acumulação, da ganância, do egoísmo. É o Reino da comunhão, todos os seus membros são "como um", entre eles não há diferenças, hierarquias, privilégios. Por isso a proposta de Jesus é tão dura de engolir. É fácil ficar com a proposta da religião, das igrejas, mas é muito difícil aceitar a proposta do Reino, pois é preciso renunciar a tudo para seguir a Jesus. 

      A fé, exigida por Jesus, é muito mais do que concordar com algumas doutrinas religiosas. Afeta toda a nossa vida: é completa obediência a Deus! Mas traz recompensa: (1) já no presente cem vezes mais de tudo a que renunciamos, pois nos tornamos parte de uma nova comunidade - mas "com perseguições", porque os ricos, os poderosos, os influentes, os privilegiados, os que decidem com crueldade trazendo consigo a morte, não aceitarão a nova organização; na qual serão melhores do que a maioria das pessoas. Os pobres, os marginalizados, os famintos também terão dificuldades, porque no Reino não há garantias, não há maneiras fáceis de subir na vida, deixando os outros para trás. Ou vamos todos juntos, ou não vamos a lugar algum. No Reino não há espaço para o individualismo. No Reino, ficamos como Jesus, sujeitos à perseguição e ódio dos homens. (2) No "mundo por vir" teremos a vida eterna. A recompensa, no presente, é a vida no estilo do Reino de Deus. No futuro, após a volta de Cristo, a eternidade na presença de Deus: vida sem fim, sem dores, lágrimas ou rancores. Sem ricos ou pobres...

      "Muitos primeiros serão últimos;
      e os últimos, primeiros" (v.31). Quem
      são os primeiros e os últimos, hoje?

PARA REFLETIR

1. Por que muita gente prefere "espiritualizar" o ensino de Jesus, e dizer que "deixar tudo" é um ato só do coração, sem afetar o bolso?

2. Qual é o nosso estilo de vida? O do Reino de Deus, ou o do reino de Mamon, das riquezas e privilégios? Seguimos as pegadas de Jesus, ou vamos atrás do triste latifundiário judeu?

3. Nós, cristãos, acreditamos ser os primeiros (os eleitos) no caminho da vida eterna. será que Deus concorda conosco?.

SOLI DEO GLORIA

Rev. Ruben Dario Daza 



sábado, 23 de febrero de 2013

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA




¿ESTÁ USTED LIMITANDO A DIOS?


      Jesucristo es el nombre más dulce que yo conozco, pues es en su nombre, y solo en su nombre, que veo el potencial ilimitado en el hombre.  Es en el nombre de Jesucristo que hombres y mujeres son salvos, renacidos, convertidos. Es en el nombre de Jesucristo que los enfermos son sanados para levantarse de nuevo y declarar la gloria del Señor. Es en el nombre de Jesucristo que los espíritus malos son echados fuera y la gente es liberada para siempre en cuerpo y mente. A menos que conozcamos ese nombre de Jesucristo como una realidad viviente y vital en nuestras vidas, estamos definitivamente limitando a Dios.

      El espíritu de Dios nace dentro de nosotros en el momento mismo en que aceptamos y creemos en el Señor Jesucristo y que Dios lo levantó de los muertos (Romanos 10:9). Este es un milagro sobrenatural de Dios. Como creyentes no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento. Dios es el hacedor de milagros. Es es el que crea un nuevo espíritu dentro de nosotros y nos hace Sus hijos. De hay en adelante, somo hijos de Dios, pertenecemos a la familia de Dios, somos niños de Dios, hijos de Dios y coherederos con Cristo Jesús ( Efesios 3: 5 y 6). Entonces ya no somos siervos que permanecen ignorantes en cuanto a su Amo; Sino que somos hijos, de Dios. Como hijos de Dios, Satanás ya no tiene derechos legales sobre nosotros a menos que le permitamos usurpar autoridad que él no posee legítimamente. Nosotros podemos limitar a Dios en nuestras vidas por no saber lo que es legalmente nuestro como hijos de Dios por Cristo Jesús.

     Cuando Cristo murió en el Calvario, fue nuestro completo substituto no sólo para el pecado si no también para las consecuencias del pecado ( Romanos 6:6-11). Nada fue dejado sin hacer en su substitución por nosotros. Cuando comenzamos a ver esta verdad y aceptamos la obra que Cristo llevó a cabo como una realidad finalizada, llegamos a ser hombres y mujeres llenos del espíritu muy deseosos de manifestar nuestros  derechos filiales. 

      Cuando esta gran transformación tenga lugar y no limitemos a Dios, entonces no hablaremos sobre preocupación, miedo, ansiedad, enfermedad y deseo (2 Timoteo 1:7). Olvidamos esos negativos pues somos hijos por medio de Jesucristo que los venció  Somos hombres y mujeres que rehusamos limitar el poder de Dios en nosotros porque deseamos traer al mundo el conocimiento del Cristo vivo. Cuando no limitemos a Dios estaremos viviendo en la palabra y la palabra estará viviendo en nosotros.

2 Corintios 9:8
Y poderoso es Dios para hacer 
que abunde en vosotros toda
 gracia, a fin de que, teniendo
  siempre en todas las cosas todo
 lo suficiente, abundéis para
 toda buena obra.


      ¿ Hemos estado limitando a Dios en nuestras vidas? Debemos estar haciéndolo si no tenemos todo lo suficiente en todo. Suficiencia es la voluntad de Dios para Sus hijos a fin de que Sus hijos puedan abundar para toda buena obra. Que tengamos suficiencia es la voluntad de Dios para nosotros; y sin embargo ¿ Cuántos de nosotros hemos limitado a Dios al  no permitirle llevar a cabo esta promesa en nuestras vidas? Cuán lentos hemos sido en darnos cuenta de que Dios es nuestra habilidad, que El es la vida de nuestras vidas, que El es la fuerza de nuestras fuerzas, que El es nuestra suficiencia.

      Frecuentemente limitamos a Dios en nosotros mismos por nuestra creencia equivocada. Nuestro propio razonamiento dice: "Simplemente no podemos tener todo lo suficiente. Eso no puede ser". Y así confesamos lo negativo, cuando todo el tiempo el Espíritu de Dios dentro de nosotros esta gritando: " Suficiencia en todo". Hemos sido de tal manera enseñados a respetar el conocimiento que nos viene por nuestros cinco sentidos que no logramos reconocer el conocimiento que viene a nosotros del reino superior, el espíritual, donde la Palabra de Dios, y no  la razón ocupa el primer lugar. Ambos reinos o mundos están aquí: el mundo natural es un hecho, el mundo espíritual es verdad.

    Hay cuatro reinos en este mundo, y uno se sobrepone al otro: el reino vegetal, el reino animal, el reino del hombre y el Reino de Dios. Los primeros tres componen el mundo natural; el Reino de Dios es el mundo sobrenatural o espíritual. El mundo natural y todas las cosas en él vienen a la mente a través o por medio de los sentidos naturales. Las verdades del mundo espíritual absolutamente no dependen de los sentidos, sino más bien del espíritu proveniente de Dios en hombre.

      No podemos saber nada del mundo espíritual por medio de los sentidos. Por eso es que Pablo dijo por inspiración divina en 1 Corintios 2:14: " Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locura... porque [ los asuntos espirituales] se han de discernir espiritualmente".

      Las cosas espírituales del mundo espiritual pueden ser conocidas en este mundo únicamente por el Espíritu de Dios que mora en nosotros. Entonces, y sólo entonces, puede el Espíritu revelarnos verdades acerca del mundo espíritual y darlas a conocer a nuestros sentidos. Entonces, y sólo entonces, tenemos la habilidad dada por Dios dentro de nosotros, haciéndonos conocer cosas acerca del mundo espíritual.

       Una y otra vez, después de que he explicado la diferencia entre el mundo natural y el espiritual, cómo uno se sobrepone al otro y que dos conjuntos de leyes enteramente diferentes están en existencia, la gente me ha dicho que ellos de allí en adelante fueron capaces de de darle a Dios el lugar que El merecía. Entonces rehusaron limitar a Dios dentro de sí mismos y comenzaron a manifestar la suficiencia de Dios.

       Poca gente se da cuenta de la gran verdad espiritual de la substitución de Cristo y la justicia del creyente. Un hombre en quien la nueva creación vive es justo ante Dios, de acuerdo con la Palabra de Dios. El hombre renacido es justo, y ser justo quiere decir que podemos pararnos ante Dios en la justicia  con la cual El nos vistió por nuestra aceptación de Cristo como nuestro substituto por el pecado y las consecuencias del pecado.

       Permítame darle una definición de justicia que le ayudará a romper los poderes de las tinieblas en y sobre su vida. Justicia es su habilidad dada por Dios para estar en la presencia del Padre si un sentido de pecado, culpa o condenación. Esto quiere decir que usted como un  hijo de Dios puede pararse también en la presencia misma de Satanás sin miedo o derrota porque usted conoce sus derechos en Cristo y ha reclama la suficiencia que Dios de ha dado.

        Cuando reconocemos que Dios en Cristo vive en nosotros,  esa clase de creencia nos hace victoriosos sobre  Satanás en todos los aspectos. Entonces llegamos al punto en que confiamos en el poder o la habilidad de Dios en Cristo en nosotros.  Reconocemos nuestro lugar en la vida y trabajamos sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos asegura el éxito. De esta manera, podemos ir en nuestro trabajo con confianza natural sin miedo de perderlo, o entramos en nuestros hogares y saber que allí seremos bienvenidos y respetados, en nuestros negocios siendo prosperados, sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos hace suficientes y ganadores en toda situación. Cristo en nosotros la esperanza de gloria.

        Al señalar la abundancia que Dios  nos ha dado, quiero que note Efesios 3:20. Es mas, quiero que lo aprenda tan bien que será una realidad viviente en usted día a día pues entonces usted sabrá que el poder de Dios está actuando en su vida.

Efesios 3:20
Y aquel que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos
o entendemos, según el poder [o 
habilidad de Dios] que actúa en 
nosotros.

         ¿Cuanto le estamos permitiendo a Dios que actúe en nosotros? Esa es la pregunta principalísima. No es una cuestión de la habilidad o la voluntad de Dios. Simplemente es una cuestión de permitir que la grandeza ilimitada de Dios viva en nosotros y produzca en nosotros así el querer como el hacer, por Su buena voluntad. El hará todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, pero sólo al grado que manifestemos el poder potencial interno.
1 Juan 4:4
Hijos míos, vosotros de Dios y lo habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo

       Así pues, yo sé que la "vida mas abundante" de la cual se habla en Juan 10:10 está en mí. El no está más conmigo para condenarme por mi pecado y mis defectos; si no que El está en mí para para guiarme y llevarme a toda verdad y a una abundancia a un más allá de lo que yo me puedo imaginar.

      Quiero que Dios pueda implementar la grandeza de Su amor y suficiencia en su vida. Pero El no puede exceder el deseo o la libertad de voluntad que usted tiene. Usted tiene que aceptar, por creencia, las verdades de la abundancia positiva de su Palabra y echar de su mente los negativos de este mundo. Dios ha escrito Su voluntad (Su testamento) de vida abundante para usted, pero usted no puede recibir lo que El ha hecho disponible hasta que crea Su Palabra.

¿ Ha estado usted limitando a Dios?
¿Por qué no libera el poder de Dios el poder de Dios que está latente en usted, y creerle a Dios para la abundancia que El ha prometido?.

SOLI DEO GLORIA
 
REV. RUBEN DARIO DAZA
Autor: Victor Paul Wierwille
Libro: La Biblia me lo dice.

martes, 8 de enero de 2013

EPIFANÍA: CRISTO ES LA LUZ DE LOS PUEBLOS





1. "Cristo es la luz de los pueblos" .
El tema de la luz domina las solemnidades de la Navidad y de la Epifanía, que antiguamente -y aún hoy en Oriente- estaban unidas en una sola y gran "fiesta de la luz". En el clima sugestivo de la Noche santa apareció la luz; nació Cristo, "luz de los pueblos". Él es el "sol que nace de lo alto" (Lc 1, 78), el sol que vino al mundo para disipar las tinieblas del mal e inundarlo con el esplendor del amor divino. El evangelista san Juan escribe:  "La luz verdadera, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre" (Jn 1, 9).

"Dios es luz", recuerda también san Juan, sintetizando no una teoría gnóstica, sino "el mensaje que hemos oído de él" (1 Jn 1, 5), es decir, de Jesús. En el evangelio recoge las palabras que oyó de los labios del Maestro:  "Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8, 12).

Al encarnarse, el Hijo de Dios se manifestó como luz. No sólo luz externa, en la historia del mundo, sino también dentro del hombre, en su historia personal. Se hizo uno de nosotros, dando sentido y nuevo valor a nuestra existencia terrena. De este modo, respetando plenamente la libertad humana, Cristo se convirtió en "la luz del mundo". Luz que brilla en las tinieblas (cf. Jn 1, 5).

2. Hoy, solemnidad de la Epifanía, que significa "manifestación", se propone de nuevo con vigor el tema de la luz. Hoy el Mesías, que se manifestó en Belén a humildes pastores de la región, sigue revelándose como luz de los pueblos de todos los tiempos y de todos los lugares. Para los Magos, que acudieron de Oriente a adorarlo, la luz del "rey de los judíos que ha nacido" (Mt 2, 2) toma la forma de un astro celeste, tan brillante que atrae su mirada y los guía hasta Jerusalén. Así, les hace seguir los indicios de las antiguas profecías mesiánicas:  "De Jacob avanza una estrella, un cetro surge de Israel..." (Nm 24, 17).

¡Cuán sugestivo es el símbolo de la estrella, que aparece en toda la iconografía de la Navidad y de la Epifanía! Aún hoy evoca profundos sentimientos, aunque como tantos otros signos de lo sagrado, a veces corre el riesgo de quedar desvirtuado por el uso consumista que se hace de él. Sin embargo, la estrella que contemplamos en el belén, situada en su contexto original, también habla a la mente y al corazón del hombre del tercer milenio. Habla al hombre secularizado, suscitando nuevamente en él la nostalgia de su condición de viandante que busca la verdad y anhela lo absoluto. La etimología misma del verbo desear -en latín, desiderare- evoca la experiencia de los navegantes, los cuales se orientan en la noche observando los astros, que en latín se llaman sidera y en español “sideral”.

3. ¿Quién no siente la necesidad de una "estrella" que lo guíe a lo largo de su camino en la tierra? Sienten esta necesidad tanto las personas como las naciones. A fin de satisfacer este anhelo de salvación universal, el Señor se eligió un pueblo que fuera estrella orientadora para "todos los linajes de la tierra" (Gn 12, 3). Con la encarnación de su Hijo, Dios extendió luego su elección a todos los demás pueblos, sin distinción de raza y cultura. Así nació la Iglesia, formada por hombres y mujeres que, "reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido el mensaje de la salvación para proponérselo a todos" .

Esta fiesta era la Navidad de los orientales, particularmente en la Iglesia de Alejandría donde se cristianizó la fiesta pagana del sol, lo mismo que las fiestas rituales de las aguas del Nilo con el bautismo de Jesús y las bodas de Caná, el agua transformada en vino. En la Iglesia Latina la adoración de los magos se constituyó en el objetivo principal de la fiesta. La tendencia popular hizo que se fijara la atención en algo secundario como son los Magos, o fiesta del Rey porque los magos venían a adorar al rey de Israel. La fiesta tiene también un tono universalista, misionero: los magos venidos de lejos, representan a todos los pueblos del mundo. Celebramos el arribo a la fe de muchas comunidades jóvenes con todo el ardor y dinamismo de su juventud. Epifanía es la fiesta de la Navidad en plenitud.

Por tanto, para toda la comunidad eclesial resuena el oráculo del profeta Isaías, que hemos escuchado en la primera lectura:  "¡Levántate, brilla (...), que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! (...) Y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora" (Is 60, 1. 3).

4. Esta epifanía primera se convertirá en epifanía pascual y luego en epifanía final. Si Navidad es una fiesta familiar, epifanía es una fiesta universal. Si en la Navidad se invade nuestro interior de alegría y paz, la epifanía dilata misteriosamente el corazón y nos permite mirar mucho más lejos.

Luz para todos: Jerusalén es la Iglesia que estando triste recibe un sol, el Señor, que se levanta sobre ella como su gloria para hacerla brillar. ¿Por qué todo es luz, claridad, aurora? Porque los pueblos cubiertos de tinieblas y de oscuridad, todos los que no saben nada de Dios, marcharán hacia Él como hijos que vienen de lejos; por eso tu corazón se estremecerá y dilatará. Padre nuestro, que tu reino venga por tu Hijo Jesucristo a quien has dado el poder de guiar la comunidad. Ya has hecho florecer por Él la justicia, tu plan de amor salvífico sobre nosotros, y la paz de Navidad en la abundancia de los sacramentos. 

Que todos los poderes terrestres, reyes y países, reconozcan tu poder; y que las islas, los hombres que están lejos de ti, puedan reconocerte y servirte. Que este rey domine de mar a mar... hasta el confín de la tierra. Este rey es fuerte de corazón para curar a los débiles y a los pobres, salvar su vida; porque Él la ha recibido de Dios.  La lectura de la carta a los Efesios prolonga el tema de la universalidad. El misterio de Cristo es el plan de Dios, guardado en su corazón para revelarlo progresivamente.  Pablo tiene con los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento una visión clara: en Cristo, y no en el estrecho espacio de Israel, los paganos acogerán el Evangelio como herencia, en su lugar de heredad que es la Iglesia.

5. La universalidad de la salvación
Las lecturas bíblicas de hoy afirman, de común acuerdo, la universalidad de la salvación en Cristo para todos los pueblos y naciones. La Epifanía es la fiesta del reconocimiento de Dios en medio de nosotros; es la revelación del misterio de la salvación más allá de las fronteras de Israel, es la fiesta de la vocación de toda la humanidad guiada por la fe y la luz de Dios. Es la fiesta del discernimiento. La Iglesia es hoy el testimonio de los diferentes modos de intervención de Dios en su misión de apertura y acogida.

La Iglesia celebrando la epifanía se compromete en un diálogo permanente de comunión con las culturas y las sociedades, poniendo en práctica todo cuanto significa la epifanía como universalidad y compartir.

En esta fiesta de la Epifanía, amadísimos hermanos, delante de todos los desafíos que la vida cristiana nos depara, no tengáis miedo a las tinieblas del mundo, porque quien os envía es "la luz del mundo" (Jn 8, 12), "el lucero radiante del alba" (Ap 22, 16).
Y tú, Jesús, que un día dijiste a tus discípulos:  "Vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5, 14), haz que el testimonio evangélico de estos hermanos nuestros resplandezca ante los hombres de nuestro tiempo. Haz eficaz su misión para que cuantos confíes a su cuidado pastoral glorifiquen siempre al Padre que está en los cielos (cf. Mt 5, 16).

Padre Celestial verdadero luz y fiel, conserva a estos tus hijos amados bajo tu constante protección, para que sean misioneros valientes del Evangelio; fiel reflejo del amor de Cristo, luz de los pueblos y esperanza del mundo.

SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA B.

EPIFANÍA: DIOS ES ES LUZ.



CRISTO ES LA LUZ DE LOS PUEBLOS


La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que a veces se ha usado como nombre de persona, significa "manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos.

El término Epifanía también puede ser entendido1 para traducir el concepto de "gloria de Dios" que indica las huellas de su paso o, más simplemente, su presencia. En el Nuevo Testamento, en las cartas paulinas tardías, se refiere a la entrada de Cristo en el mundo, presentada como la del emperador que viene a tomar posesión de su reino (latín: adventus, de ahí el tiempo de Adviento como preparación a la Navidad). A partir de este significado, el término se usó en Oriente para indicar la manifestación de Cristo en la carne y a continuación, a partir del siglo IX, para designar la fiesta de la revelación de Jesús al mundo pagano. Esta es la fiesta que se sigue celebrando el día 6 de enero.

En la narración de la Biblia Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos, a saber:
La Epifanía ante los Reyes Magos (tal y como se relata en Mateo 2, 1-12) y que es celebrada el día 6 de enero de cada año.
La Epifanía a San Juan Bautista en el río Jordán.
La Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná en el que inicia su actuación pública.

En realidad la fiesta de epifanía que más se celebra es la que corresponde al día 6 de enero de cada año en la que los tres magos, según la tradición (en las traducciones de Biblias protestantes, y ya actualmente en las últimas traducciones de las biblias católicas, elaboradas en colaboración ecuménica e interconfesional, se menciona el adjetivo sabios) denominados: GasparMelchor y Baltasar que aparecen del oriente para adorar la primera manifestación de Jesús como niño ofreciendo tres regalos simbólicos: oroincienso y mirra. En realidad, la Biblia no habla del número de los magos, o sabios, ni tampoco de sus nombres. Ha sido la tradición posterior la que ha identificado su número y nombres. Los restos de los magos descansan en la Catedral de Colonia en Alemania.

Tres misterios se han solido celebrar en esta sola fiesta, por ser tradición antiquísima que sucedieron en una misma fecha aunque no en un mismo año; estos acontecimientos salvíficos son la adoración de los magos, el bautismo de Cristo por Juan y el primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su madre, realizó en las bodas de Caná y que, como lo señala el evangelista Juan, fue motivo de que los discípulos creyeran en su Maestro como Dios.

Para los occidentales, que, como queda dicho más arriba, aceptaron la fiesta alrededor del año 400, la Epifanía es popularmente el día de los reyes magos. En la antífona de entrada del culto correspondiente a esta solemnidad se canta: "Ya viene el Señor del universo, en sus manos está la realeza, el poder y el imperio". El verdadero rey que debemos contemplar en esta festividad es el pequeño Jesús. Las oraciones litúrgicas se refieren a la estrella que condujo a los magos junto al Niño Divino, al que buscaban para adorarlo.

Precisamente en esta adoración han visto los santos padres la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos supieron utilizar sus conocimientos-en su caso, la astronomía de su tiempo- para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres.

 El sagrado misterio de la Epifanía está referido en el evangelio de san Mateo. Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los maestros de la ley supieron informarles que el Mesías del Señor debía nacer en Belén, la pequeña ciudad natal de David; sin embargo fueron incapaces de ir a adorarlo junto con los extranjeros. Los magos, llegados al lugar donde estaban el niño con María su madre, ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).

A Melchor, Gaspar y Baltasar -nombres que les ha atribuido la leyenda, considerándolos tres por ser triple el don presentado, según el texto evangélico -puede llamárselos adecuadamente peregrinos de la estrella. Los orientales llamaban magos a sus doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes, como buscando destacar más aún la solemnidad del episodio que, en sí mismo, es humilde y sencillo. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros.

La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad.

Esta solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo elegido.

Con conciencia siempre creciente de la misericordia del Señor, construyamos desde hoy nuestra espiritualidad personal y comunitaria en la tolerancia y la comprensión de los que son distintos en su conducta religiosa, o proceden de pueblos y culturas diferentes a los nuestros.

Sólo Dios salva: las actitudes y los valores humanos, la raza, la lengua, las costumbres, participan de este don redentor si se adecuan a la voluntad redentora de Dios, "nunca" por méritos propios. Las diversas culturas están llamadas a encarnar el evangelio de Cristo, según su genio propio, no a sustituirlo, pues es único, original y eterno.


CRISTO LA EPIFANÍA DEL PADRE



1. «La luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron» (Jn 1, 5).
Toda la liturgia habla hoy de la luz de Cristo, de la luz que se encendió en la noche santa. La misma luz que guió a los pastores hasta el portal de Belén indicó el camino, el día de la Epifanía, a los Magos que fueron desde Oriente para adorar al Rey de los judíos, y resplandece para todos los hombres y todos los pueblos que anhelan encontrar a Dios.

En su búsqueda espiritual, el ser humano ya dispone naturalmente de una luz que lo guía: es la razón, gracias a la cual puede orientarse, aunque a tientas (cf. Hch 17, 27), hacia su Creador. Pero, dado que es fácil perder el camino, Dios mismo vino en su ayuda con la luz de la revelación, que alcanzó su plenitud en la encarnación del Verbo, Palabra eterna de verdad.

La Epifanía celebra la aparición en el mundo de esta luz divina, con la que Dios salió al encuentro de la débil luz de la razón humana. Así, en la solemnidad de hoy, se propone la íntima relación que existe entre la razón y la fe, las dos alas de que dispone el espíritu humano para elevarse hacia la contemplación de la verdad, así como nos lo recuerdan las lecturas bíblicas que menciono abajo.
 Cristo no es sólo luz que ilumina el camino del hombre. También se ha hecho camino para sus pasos inciertos hacia Dios, fuente de vida. Un día dijo a los Apóstoles: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto» (Jn 14, 6-7). Y ante la objeción de Felipe añadió: «El que me ha visto a mí ha visto al Padre. (...) Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí» (Jn 14, 9.1 1). La epifanía del Hijo es la epifanía del Padre.

¿No es éste, en definitiva, el objetivo de la venida de Cristo al mundo? El mismo afirmó que había venido para «dar a conocer al Padre», para «explicar» a los hombres quién es Dios y para revelar su rostro, su «nombre» (cf. Jn 17, 6). La vida eterna consiste en el encuentro con el Padre (cf. Jn 17, 3). Por eso ¡cuán oportuna es esta reflexión, especialmente durante el año dedicado al Padre!

La Iglesia prolonga en los siglos la misión de su Señor: su compromiso principal consiste en dar a conocer a todos los hombres el rostro del Padre, reflejando la luz de Cristo, luz de amor, de verdad y de paz. Para esto el divino Maestro envió al mundo a los Apóstoles, y envía continuamente, con el mismo Espíritu, a los pastores de la Iglesia, presbíteros, maestros y profetas.

3. Todos nosotros, amadísimos hermanos que, con la plenitud del sacerdocio universal, lleguéis a ser ministros de la epifanía de Dios entre los hombres. A cada uno de vosotros se confían misiones específicas, diferentes una de otra, pero todas encaminadas a difundir el único Evangelio de salvación entre los hombres, lleve por doquier, con las palabras y las obras, el anuncio gozoso de la Epifanía, en la que el Hijo reveló al mundo el rostro del Padre rico en misericordia.

4. El mundo, en el umbral del tercer milenio, tiene gran necesidad de experimentar la bondad divina, de sentir el amor de Dios a toda persona.

También a nuestra época se puede aplicar el oráculo del profeta Isaías, que acabamos de escuchar: «La oscuridad sobre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece» (Is 60, 2-3). En el paso, por decirlo así, del segundo al tercer milenio, la Iglesia está llamada a revestirse de luz (cf. Is 60, 1), para resplandecer como una ciudad situada en la cima de un monte: la Iglesia no puede permanecer oculta (cf. Mt S, 14), porque los hombres necesitan recoger su mensaje de luz y esperanza, y glorificar al Padre que está en los cielos (cf. Mt 5, 16).

Conscientes de esta tarea apostólica y misionera, que compete a todo el pueblo cristiano, pero especialmente a cuantos el Espíritu Santo ha puesto como pastores y maestros para pastorear la Iglesia de Dios (cf. Hch20, 28), vamos como peregrinos a Belén, a fin de unirnos a los Magos de Oriente, mientras ofrecen dones al Rey recién nacido.

Pero el verdadero don es él: Jesús, el don de Dios al mundo. Debemos acogerlo a él, para llevarlo a cuantos encontremos en nuestro camino. Él es para todos la epifanía, la manifestación de Dios, esperanza del hombre, de Dios, liberación del hombre, de Dios, salvación del hombre.

Cristo nació en Belén por nosotros.

Venid, adorémoslo. Amén.